viernes, 12 de julio de 2013




 
 
LARGAS HORAS DE  OCIO EN LA BOLERA DE CASA PEPIN
 
 

 
 
 
La imagen aunque en blanco y negro ,  es un recuerdo a la nostalgia de un pasado brillante, en el que los ratos de ocio los invertíamos en parte en la bolera de Casa Pepín o en la guerra entre policías y ladrones por las calles de Panes y por el túnel debajo de la zapatería de Eloy Melero . Para reconocer a la gente tenemos que fijar la atención y ejercitar un poco los recuerdos para decir a quien reconocemos . Cada uno rememora las que su chip memorístico les delate. Algunas figuras son altamente destacables. El jugador que está birlando, ¡ Cómo no, es Antonio Real !,   alias " el barbero ", no es un insulto aunque haya fallecido, resulta cuando menos un halago hacia una persona que el día de su entierro, es lamentable, pero no había salvo sus hermanas,  nadie que junto al conductor de la funeraria pudiera introducir la caja  con el difunto al interior del templo que vigila la moral de los humanos, me refiero a familiares directos. Ocurrió que Isidro Caballero tomo la iniciativa para coger el féretro junto con Mero y otra persona vinculada a los bolos. que conozco de vista. Además de Antonio , vemos al fondo del birle de izquierda a derecha, a Juan el de Allés, Pedro " El Gomeru " ", Enrique Posada " Posturas ",  el hermano de Angel el de la Rotella, Teodoro el de Abándames, Berto el padre de Berto,  Javier y Juan Carlos Rugarcia Barriuso ; Chucho el de Buelles, casado en Cimiano.  Antonio López .
Les diría , que personalmente he pasado parte de mi juventud más agradable y  entrañable en la bolera.  Han sido muchos los momentos vividos en el corro de la familia Ruiz durante el verano y otoño,  porque en aquel entonces durante la primavera se jugaba poco, sólo cuando había un equipo en la Liga Regional.  Hubo allá a mediados de los años sesenta  un equipo denominado " Casa Pepín ", Formaban parte del mismo, el referido Real , Paco " el carnicero  " , Pedrin el de Abándames, el padre de Pedro González el de Alevia y José Gutiérrez  " petrolero ". Se jugaba contra el equipo de  La Campanona  comandado por el mítico Benito. Recuerdo la igualdad que había, se respetaban bastante los dos equipos. Además de Benito, jugaban en el equipazo de Alles, Campillo, Juan.... El ambiente que generaba era realmente extraordinario, naturalmente lo que digo solamente pueden recordardo personas metidas en los sesenta años o cincuenta y tantos. Repito que el aire que se respiraba de rivalidad, de ambiente de gala por todo lo alto era extraordinario. El respetable  se  subía incluso a algunos árboles ,  ocupando y rodeando los muros de piedra de la bolera y  la  huerta. Eran unos tiempos maravillosos, regados de abundante alegría y felicidad deportiva , eran  realmente fantásticos. Había un sano ambiente  no exento de rivalidad , sin malos rollos  . El aire que se respiraba era sano, fresco, divertido. Ocupaba buen parte del día los fines de semana y entre semana había partidas que se jugaban la merienda, con mucho menos dinero que ahora, por la pobreza que había, pero todo era más barato.
 
 
 
 
 
 
Les aseguro  y eso es cierto que los jugadores que jugábamos,  entrenábamos y concretamente además de  las partidas , se comenzaba a  entrenar los llamados "  concursos "  a ocho tiradas. Era raro que a los quince días bajásemos de los 120 bolos. Yo personalmente entonces los derribaba y a bolos hasta los 130 se conseguía a base de entrenamiento. Ahora me cuesta llegar a 100 palos. Insisto que ocupaba parte de la jornada, se comenzaba a jugar a los bolos  hacia el medio día, continuaba a  la tarde y finalizaba al oscurecer. Era una afición impresionante  la que había en muchos de los vecinos del valle de Peñamellera y del entorno. Recuerdo de forma especial, a Enrique Posada el de Robriguero,  porque bajaba  hasta Panes desde la parroquia de Tobes  durante el periodo estival muchas tardes a jugar con su hijo q.e.p.d. , Enriquito así como con  sus  sobrinos Ignacio y Enrique a  echar  varias partidas y a jugarse la merienda si mediaba la ocasión. TODO el mundo jugo prácticamente en la bolera  de Pepín. Acudía gente de todos los rincones de las dos Peñamelleras asi como de Herrerías, Peñarrubia, Liébana e incluso Val de San Vicente. No se preocupen también jugo en alguna ocasión Rogelio González Viñoles , el mítico  "  Zurdo de Bielva ", persona con un carisma especial, que conseguía atraer a un gentío fuera de lo común. Corrían las noticias como la pólvora por ver a semejante y excepcional persona. Era algo diferente dentro de los bolos. Un personaje de una dimensión fuera de lo común. Su especialidad , naturalmente era el emboque, que conseguía de forma repetitiva, dándole a los bolos una alegría inusitada. No era un especialista del birle. Rogelio consiguió en aquel entonces, que la gente se quedara expectante  y boquiabierta observando sus  evoluciones en  los diferentes corros bolísticos de Cantabria y  de Asturias .
 
 
 
Ojalá¡ volviera por estos lares aquel ambiente sano y lleno de alegría. No había tensión, existía  amistad, la gente era más sociable que ahora y nos divertíamos y mucho con los bolos y cuando tirábamos muchos era una alegría desbordante la que inundaba el recinto fuera de lo común.  Pero los tiempos más modernos han dado un giro total a este deporte-tradición  por estos parajes y ahora lo que se observa es a los chicos corriendo hacia el futbito y con el teléfono móvil en mano. Eso si,  se observan más bicicletas en los niños de ahora. La bicicleta servía a los mayores  para trasladarse al trabajo o  para la diversión y la fiesta aquellos mágicos años.... Hasta siempre, pero recordaré ese espacio detrás de Casa Pepín alguna vez. Hecho en falta ese tiempo que ya no volverá, sólo eso, te recordaré gratamente.
JOSE MARI.

3 comentarios:

  1. Excelente relato. Fiel reflejo de lo que fue toda una época que duró varias décadas, en cuanto a usos y costumbres del mundo rural; sobre todo, en aspectos de comunicación interpersonal, de relaciones sociales y actividades relacionadas con la vertiente lúdico-deportiva en la vida de las personas. Un cordial saludo.

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    1. Por cierto: Soy de la zona comprendida en el tercio más oriental de Cantabria, pero las escenas que "pinta" aquí José María Fernández Vallejo, son perfectamente asimilables a las que yo viví desde niño -y ya ha llovido- hasta hace unos años, en que, por desgracia -por negligencia atribuíble a las instituciones, en muchas ocasiones- esas prácticas tan tradicionales, tan nobles y, sobre todo, tan nuestras, han ido desapareciendo, hasta situarse, en demasiados casos, al borde de la desaparición. Esperemos que la situación mejore hasta revertirse. Saludos cordiales.

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    2. Y para terminar mi aportación en este blog -por ahora-, quiero dedicar un reconocido recuerdo a Antonio Real Fernández (Sit Tibi Terra Levis), el barbero de Panes, excelente persona y deportista de una limpieza y deportividad ejemplares. Descansa en paz, compañero.

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